Desfocalizarnos: Ampliar nuestra existencia | Nínive Alonso, Filósofa
- Nínive Alonso
- 9 dic 2020
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 23 dic 2020
Artículo publicado para el diario LA NACIÓN, de Ecuador (27/11/2020)
Por NÍNIVE ALONSO
Philosophical counselor
Abogada, Filósofa y Terapeuta
Desde España para LA NACIÓN de Guayaquil, Ecuador
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Una de las cuestiones que más nos preocupa desde la filosofía emocional y terapéutica es el tratado de la existencia, es decir, el significado que podemos y debemos darle a nuestra vida individual insertada, inexorablemente, en el mundo que nos ha tocado vivir y las circunstancias personales y culturales propias de cada cual.
Además, una de las luchas existenciales diarias en la conquista de la felicidad es dotar de sentido a nuestra vida, así como a nuestro trabajo, familia y relaciones sentimentales, de modo que pensemos que merece la pena realizar el esfuerzo y atravesar los malos y oscuros pasajes de nuestra vida obteniendo un resultado positivo.
Pero, además, los terapeutas sabemos que si ponemos todas nuestras esperanzas de alegría en un solo pilar, sea este una relación, un éxito profesional o un deporte, y perdemos esa piedra poderosa porque, por ejemplo esa relación se rompa, nos echen de ese trabajo que es nuestra vida, o tengamos una lesión en ese deporte que da sentido a todo, podemos caer en una tristeza media o profunda creyendo cada vez menos necesaria nuestra existencia y careciendo de un sentido del vivir ilusionante.
Una de las formas que tenemos de ampliar nuestra existencia para que esto no ocurra es pluralizando nuestros intereses y diversificando nuestros gustos, de modo que realicemos un ampliación de nuestras capacidades de relación y de nuestros pequeños lugares de placer.
Con ello desfocalizaremos nuestras aspiraciones y, en vez de centrarnos tan solo en un esfera, que sería como “apostarlo todo a un número”, tendremos varios puntos de recompensa o pérdida emocional.
Si conseguimos interesarnos por más cosas, más actividades, nuevos retos y experiencias, nuevos lugares y personas, podremos perder en algunas de esas parcelas sin sentirnos unos fracasados, y seguramente ganaremos en otras la confianza, la ilusión y la fuerza necesarias.
Veamos, si todo mi tiempo lo dedico a mi parcela familiar, por ejemplo una madre abnegada que, desde que se levanta hasta que se acuesta, invierte toda su energía personal en tener la comida para sus hijos, resolverles sus problemas, llorar por sus heridas, etc. y descuida su parcela de cuidado personal, erótico, así como social, declinando invitaciones de tomar café, salir a un reunión y olvidando sus sueños de realizarse profesionalmente, llegará un momento que su vida esté tan focalizada en sus hijos que sentirá un enorme pesar, y vaciamiento cuando estos se alejen, creen sus propias familias o no le agradezcan “como debiera” sus sacrificios.
Si un hombre dedica todo su tiempo a su éxito profesional y se obsesiona con la acumulación de dinero y poder y deja de lado su familia, o la ampliación de su existencia tocando temas que le sumarían como persona, como la afición a la historia, el deporte o la pintura, acabará disminuyendo su parcela existencial con el paso de los años y si por circunstancias cae abruptamente de ese sueño de dinero y poder, será muy difícil que levante cabeza y se ilusione nuevamente si no ha pluralizado y diversificado sus ilusiones y sueños.
Ampliar nuestra existencia es desfocalizarnos.
Y desfocalizarnos significa, ser éticos sin dejar de ser plurales.
De modo que ampliar nuestra existencia significa como mínimo:
- No olvidar nuestra parcela individual de creencias personales y relaciones con el Mundo bien a través de la filosofía, la religión, la metafísica, la poesía o la historia.
- Fomentar nuestras cordiales relaciones familiares sin doblegar nuestra esencia y sin dejar de expandirnos a nuestros sueños laborales
- Y por supuesto, ampliar nuestros gustos y actividades, conocer más y realizar más, sean comidas, lugares, personas, culturas, amores, intereses y hobbies.
Ampliar nuestra existencia es desfocalizarnos.
Y desfocalizarnos significa, ser éticos sin dejar de ser plurales.
Nínive Alonso
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