El Mundo frente a la Pandemia| Entrevista a Nínive Alonso
- Nínive Alonso
- 6 may 2021
- 6 Min. de lectura
Entrevista a Nínive Alonso, publicada en el diario LA NACIÓN (Ecuador), en parte I (27/06/2020) y parte II (27/06/2020).
Desde España para La Nación de Guayaquil, Ecuador.
LA ABOGADA Y FILÓSOFA PRÁCTICA ESPAÑOLA NÍNIVE ALONSO BUZNEGO CON DIRECTRICES DESDE SU ÓPTICA PROFESIONAL.
De manera especial agradezco la cordial colaboración en la elaboración de este artículo a la dama abogada y filósofa española Nínive Alonso Buznego.
□ Por Tony Cedeño
1. Desde su óptica de trabajo y bajo su dirección profesional como Filósofa, ¿qué percepción contempla usted en frente a un mundo que se debate en medio de un profundo desequilibrio emocional causado por la Pandemia?
No considero que la pandemia sea la responsable de un desequilibrio en la humanidad, sino al revés, es el ser humano quien a través de su arrogancia, su codicia y sus constantes agravios profundamente antiéticos a los animales y a la naturaleza ha comprado todos los boletos para una rifa apocalíptica y le ha tocado el premio.
Como en la biblia, se nos aparecen los cuatro jinetes del Apocalipsis, tres como metáfora de los tres horrores de la humanidad: el hambre, la guerra y la muerte, pero también el jinete blanco de la esperanza y la salvación a través de nuestro despertar, y ese despertar es corregir nuestras actuaciones desde nuestra vida individual hasta las macro-acciones sociales.
2. ¿Cuáles serían las medidas a tomar para que establezca el ser humano el balance que fortalezca su impotencia?
Ya apuntaban los maestros de filosofía de la antigüedad como Platón y Aristóteles, más cercanamente Schopenhauer o Russell y actualmente los filósofos que nos dedicamos a la terapia y consejería filosófica, que para el bienestar de nuestra alma y por tanto de nuestra vida, debemos equilibrar las tres esferas que nos constituyen: el “ser”, el “tener” y el “representar”.
Todo hombre –ánthrōpos- necesita tener clara su esencia y no mirar hacia otro lado respecto a sus defectos o virtudes, la esencia le acompañará en su vida y el autoengaño o las adulaciones no le van a favorecer sino todo lo contrario, por ello mirarse al espejo, real y metafóricamente, es tan duro como eficaz y es el “conócete a ti mismo” que ya utilizaba el maestro Sócrates.
En la esfera del “tener”, uno necesita ciertas posesiones para ese bienestar, posesiones materiales y fortalezas que haya adquirido a lo largo de su vida, a través de las experiencias, la enseñanza, la terapia o el aprendizaje.
El “representar” es ese lugar en el mundo en el que somos alguien, donde se nos echa de menos, donde marcamos una tendencia, nos realizamos profesional o personalmente. Todo hombre necesita estas tres partes cubiertas, y para su equilibrio necesita, además, designarles a cada una la misma importancia.
Antes le decía que la pandemia es algo así como un enfado de la naturaleza con el ser humano, dese cuenta que gran parte de la sociedad, sobre todo ciertos países y clases dominantes han dirigido toda su energía al dinero (el “tener”) a la dominación y el poder (el “representar”) y han olvidado por completo el “ser”, es decir, la esencia humana animal de conexión con la naturaleza, de autoabastecimiento, de minimizar las necesidades y de supervivencia real.
Por eso, aún ricos y poderosos, no encuentran ni bienestar ni felicidad si olvidan esa tercera parte del “ser”.
3. La familia es el eje de la sociedad, el núcleo donde se forja el niño y el adolescente, ¿qué dinámicas se pueden emplear para sacarlos de la rutina monótona del aislamiento y no caer en la angustia y el miedo?
Lo primero que debemos dejar claro es que la familia no es siempre un lugar de felicidad, protección o educación del niño, la familia es una institución y como tal es ambivalente, es decir tiene la fuerza y el cuerpo de una institución, como la del matrimonio por ejemplo, pero eso puede resultar muy bueno o muy malo.
Todos sabemos y debemos dejar patente que hay muchos hogares (que stricto sensu no son hogares) que tienen un clima de violencia que difícilmente permita el crecimiento normal, seguro y fuerte de un niño, o el desarrollo de una mujer, un adolescente, etc. y esta violencia se ha acentuado de modo espantoso en este confinamiento.
De modo, que lo primero que hay que hacer desde las instituciones sociales y educativas es control y más control; los maestros tienen que asumir su vocación como algo más allá del simple trabajo de explicar, deben preguntarle a los niños si son felices, y por qué o por qué no. Los familiares indirectos no deben mirar para otro lado o tapar la situación, eso jamás.
Dicho esto, y teniendo en cuenta un hogar normal, debemos decir la verdad a los niños, debemos explicarles de modo objetivo, racional y adaptado a su edad la situación, implementándoles una visión crítica sobre el asunto, a través de la creatividad, realizar dibujos, juegos o pequeños relatos poéticos, desterrando del aprendizaje las videoconsolas y el ordenador y volviendo a tocando los libros. Recuerde que si logra que su hijo se haga amigo de los libros jamás se encontrará solo ni aterrado.
4. ¿Cómo enfrentar esta crisis social y económica?
Pienso que el panorama va a ser muy duro en cuestiones económicas y no creo, como Slavoj Žižek, que esto suponga el final del capitalismo o un envite muy fuerte, está claro que es una crisis y un punto de inflexión pero el capitalismo justamente está compuesto metafísicamente de sucesivas crisis, de modo que se verá reforzado pasado el tiempo.
Me explico, esto actuará como un rearme de las grandes multinacionales, barrerán toda pequeña y mediana empresa, aprovecharán para monopolizar aún más los negocios pero lo harán de manera que parezcan diversos y plurales, una oferta perfecta para el consumidor.
La clase baja jamás le ha importado a las clases altas ni a los jerarcas, más que para utilizarlos remando a su favor, esa guerra ya estaba perdida, pero ahora además la clase media se verá fuertemente esclavizada, el dinero que entre en las casas será escaso y solo dará para cubrir las necesidades y los pagos contraídos en el pasado así como las deudas que se vayan a contraer por inercia.
Sin embargo, a nivel profundo y filosófico me siento alegre, si me permite la expresión, de que por fin vamos a reconocer a aquellos que han sido despreciados por antiguos y arcaicos, me refiero a esos pueblos que han vivido siempre con la economía de subsistencia, sacando a sus familias adelante con los pastos, la agricultura y además sabiendo ser felices con lo justo como diría el maestro Epicuro.
Tras muchos años de estudio, me atrevo a decir, que esos pequeños pueblos y esos grandes hombres son filósofos sin saberlo, nuestra admiración y respeto profundo, así como nuestra imitación en la medida de lo posible, es el aprendizaje para enfrentar la crisis del estado actual.
5. Siendo el Covid-19 un enemigo invisible dado su alcance mundial, ¿qué mensaje le daría usted a la humanidad en estos difíciles momentos?
Mi mensaje para situaciones muy duras siempre ha sido que la muerte no es lo peor, lo aprendimos con los terribles sucesos de los campos de concentración, lo aprendemos todos los días con la cantidad de personas que padecen los eternos dolores del hambre, de la injusticia y de la guerra continuada.
No podemos dejar de estar agradecidos igualmente, por vivir muchos en las mejores condiciones del mundo, no podemos olvidar eso, no podemos caer en la victimización, el egoísmo o el miedo constante a la enfermedad o al contagio, eso sería destrozar toda nuestra existencia, minusvalorar las experiencias por una pretendida asepsia que es en el fondo inalcanzable.
El miedo paraliza, el miedo constante a la muerte paraliza doblemente, y eso lo saben los que dominan el mundo, pueden jugar con nuestro miedo, pueden hacernos presos de él, y esclavizarlos aún más.
La Filosofía es un arma peligrosa justamente porque es un pensar para la muerte, eso no significa un agradecimiento del morir, o una visión religiosa de una vida paradisiaca, no es eso, la filosofía es un pensar para la muerte en tanto que como buen guerrero que domina una espada peligrosa, se siente seguro en cualquier camino y lugar aunque no tenga necesidad de desenvainarla nunca. Es el conocimiento y el dominio lo que le da esa seguridad.
○ Entrevista por Tony Cedeño desde Ecuador a Nínive Alonso desde España
○ Links de las publicaciones originales en LA NACIÓN de Guayaquil, Ecuador
Parte I:
Parte II:
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